A veces me pregunto si en el cuarto hay, en vez de baldosas en el suelo, un tablero de parchís o el de la oca. Supongo que os preguntáis el motivo, yo también. Si no ya me dirán mis vecinos a que coño están jugando todo el día con ese dado gigante!!
Es insoportable, un ruido molesto y continuo, da igual la hora, supongo que el nivel de vicio es tan alto que les ha afectado de tal manera que trasnochan para jugar al parchís, y después dicen que el tabaco es malo, por lo menos no te levantas a las 3 de la mañana con ganas de fumar un pitillo. Ya querrían los de Philip Morris y demás, pues que le pregunten a los del parchís como se consigue, como pueden hacer que mis vecinos estén constantemente tirando el dado a ver si son capaces de salir de casa, de comerse ficha el uno al otro y por supuesto de ganar la partida.
Lo mejor de todo es que siempre que lo tiran me viene a la memoria el programa presentado por Emilio Aragón, El juego de la oca, y lo peor es que me está afectando físicamente, de hecho, creo que en ocasiones estoy al borde del infarto, cuando te acuestas a las once y pico de la noche, estás casi quedándote dormido y de repente... tiran el dado... joder!, menudo susto y tu corazón a cien por hora. Me encantaría saber que es lo que están haciendo, como son capaces de molestar tanto, y estoy casi segura que no lo hacen a propósito.
A lo mejor algún día, a las tantas de la mañana toco el timbre y les pregunto si me dejan jugar con ellos. Cuando no puedas con tu enemigo, únete a él.
lunes, 12 de mayo de 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
jajajajaja, solo te falta hablar del nauseabundo¡¡¡¡
Publicar un comentario